miércoles, 4 de agosto de 2010

Día 10 – 26 de Noviembre: un día en el paraiso


En esta experiencia, hemos llegado a un punto en el que hacen falta palabras para describir la belleza, las emociones y la inspiración que sentimos. La Antártida se ha convertido en algo especial para cada uno de nosotros de diferente manera, pero colectivamente compartimos la creencia de que este es un lugar espectacular más alla de cualquier descripción convencional. Sería como una musa para un poeta.


Hoy, al llegar a Bahía Paraíso, nos fue revelada la mágia de la Antártida. Con el nombre adecuado, esta bahía bajo protección ha sido descrita como el lugar más hermoso en el mundo y aunque ciertamente fue impresionante esta mañana cuando despertamos aún abordo del barco, era difícil ver su profundidad y grandeza a través de la gruesa capa de nubes blancas y nieve. Entonces, nos preparamos para aterrizar en la estación Almirante Brown (nombrada por el heroe argentino), con la intensión de tener algo de tiempo y espacio para la reflexión individual. Después de unos 15 minutos luego de nuestro aterrizaje, la Bahía Paraíso se transformó ante nuestros ojos cuando el sol partió la gruesa cubierta de nubes para revelar la bahía que reflejaba la majestuosidad de las montañas y su quietud. La temperatura subió dramáticamente y cambiamos de goggles a lentes de sol para divisar la escena hermosa, cálida y encantadora. De pronto, momentos después, una porción del glaciar al otro lado del mar se desprendió a plena vista, mientras subíamos la montaña sobre la estación. Eso fue como si la Bahía Paraíso hubiese despertardo y decidido darnos la bienvenida a sus orillas, a su manera. Así pues, apreciando el especial regalo de parte de la bahía, nos tomamos algun tiempo por nuestra cuenta para captar la mañana.

Reflexionando en Bahía Paraíso


Después del almuerzo, tuvimos un visita opcional –con escalad incluida- a Puerto Orne y los que fuimos nos las arreglamos con una subida muy empinada hasta el pico de una montaña que albergaba una colonia de pinguinos barbijo (chinstrap penguin). Cruzamos la cresta de la montaña hasta el otro lado dónde la caída silenciosa de la nieve era facinante.


A nuestro retorno al barco, nos reunimos para la tercera parte del Leadership on the Edge con Robert. También, escuchamos a otros miembros de la expedición hablando sobre diferentes temas. Steven Blumenfeld habló de cómo el Tratádo Antártico, creado hace 50 años, puede servir como un modelo actual de políticas en cambio climático. Luego, Ken Townsel nos dirigió un conmoverdor discurso sobre valorar cada momento de nuestra expedición. Después de la cena, Laurie, Emily y Peter nos compartieron memorias divertidas y llenas de aventura de sus experiencias en la Antártida todos estos años.

Mañana es el Día de Acción de Gracias, una fecha importante para los estadounidenses. El cocinero estará preparando un banquete especial y todos a bordo aprovecharon para enviar saludos a casa.


Tomado del Diario de la Expedición.
Por Lauren Wylie
Antarctica 64.52 S 62.52 W

domingo, 20 de junio de 2010

Día 9 – 24 de Noviembre: Soluciones prácticas para una verdad incómoda

La de anoche, fue otra noche de “por primera vez” para el equipo. En lugar de despertarnos con el usual llamado de Jumper, ¡Team inspire, team inspire, team inspire! ¡wakey, wakey, wakey!, nos despertamos con vientos silbando a velocidades de 50 nudos (14 nudos menos que un huracán categoría 1).


Después de una conmemorable noche de campamento sobre hielo, nos esforzamos por empacar y recoger todo nuestro equipo para subirnos a las lanchas neumáticas que nos llevan de vuelta a las comodidades que nos ofrece el Clipper Adventurer (¡el barco!). Una tibia cama y un desayuno calientito nunca habían sido tan especiales con lo fueron esta mañana. Una noche en el hielo antártico nos hace darnos cuenta de la absoluta belleza y poder de la naturaleza, que inspiran respeto y humildad.



Al final de los 1800’s, a varias millas al sur de dónde nuestro barco se encuentra anclado, Emile Danco, un miembro de la expedición de Bélgica murió por un ataque cardiaco inducido por las condiciones severas en la Antártida. Esta tarde, llegamos a la Isla Danco en nuestras lanchas flotando entre icebergs pintados de azul profundo y blanco cristal. Destellos de azul, rojo, verde, naranja y amarillo pintan la nieve por los colores de las banderas de las diferentes nacionalidades que acompañan la expedición. Ese fue un momento de que hizo historia en cada uno de nosotros, mientras uno tras otro, cada miembro de la expedición tuvo su turno de tomar algunas fotografías con Rob sosteniendo nuestras banderas, orgullosos de representar a nuestros países y la causa de un futuro sostenible para el mundo.





Una vez que todos logramos nuestras fotos, subimos a la cima de la montaña de la isla para disfrutar de una impresionante vista de 360°.

Rob constantemente nos pide enfocarnos en “hacer”. El cambio climático es un hecho; y necesitamos enfocarnos en acciones para usar energía de una manera más inteligente. Adam de NativeEnergy nos hizo una introducción en carbonoffsetting (compensación de la huella de carbono) y abrió para nosotros todo un nuevo conocimiento sobre en cómo podemos reducir nuestra huella de carbono ayudando a construir nuevos proyectos en energía renovable alrededor del planeta. Todos estamos trabajando con Adam para calcular nuestra huella de carbono individual y construir un plan de acción para compensarlo una vez regresemos a casa.


Este ha sido otro día intenso explorando la belleza inocente de la Antártida y nuestras ideas para lograr un futuro sostenible. Así, nos comprometemos a liderar soluciones prácticas a la incómoda verdad del cambio climático global, empezando desde hoy.


Inspirada,

Deepti.
64 S 62 W

Tomado del Diario de la Expedición,
Por Deepti Chadda

martes, 11 de mayo de 2010

Noche de 23 de Noviembre: La mejor noche de campamento!

Una de las cosas que más me gusta de la navidad es su delicioso aroma a regocijo y felicidad que se materializa en las hermosas decoraciones navideñas, esas que son como estrellitas y florecitas muy elaboradas llenas de detallitos, brillantes y bellas.



Cristales de agua

Pues bien, aunque vengo de un país tropical, aprendí a disfrutar de una buena nevada estando en otra nación, donde la contaminación producida por la industrialización me acostumbró a disfrutar la caída de la nieve deforme, y más que por la nieve misma, por su efecto de blancura que deja todo un paisaje como purificado y luminoso sobre el suelo y cada superficie de la ciudad.
Sin embargo, estando en el borde del continente antártico, por primera y ojalá no única vez en mi vida, vi nevar de verdad!
Caminata por Hovgaard Island

No puedo describir la emoción y el sentimiento de amor y plenitud que me produjo ver nevar cristales perfectos de agua, que dicha! Y fue para mí un emocionante descubrimiento, entender por qué las decoraciones navideñas son esos cristalitos, florecitas y estrellitas de formas intrincadas y fractales.

Si el Dr Masaru Emoto está en lo cierto, cuando habla sobre los poderes curativos del agua y su capacidad para percibir nuestras emociones, pensamientos y palabras, eso no lo sé más que por mi propia experiencia de apreciación de la belleza, esa noche iluminada de verano en la Antártida, viendo nevar cristales perfectos de agua, sintiendo la ternura envolvente del frío polar y en compañía de una querida amiga vietnamita, también de un país tropical, compartiendo la felicidad de descubrir juntas la perfección y la belleza de nuestro planeta.

¡Felices caminantes!


Esa noche, al regresar de nuestra caminata por Hovgaard Island, después de haber establecido nuestro campamento en la costa, otra celebración más tuvo lugar. El cumpleaños de Tom y Esra. Estos dos afortunados, celebraron el día de su nacimiento con un hermosa e improvisada serenata de cumpleaños, cantada a la media luz de la noche polar por todos los expedicionarios.

Cumpleaños de Tom y Esra

Esa noche, mientras unos dormíamos bajo la protección de las carpas, los más osados, se dejaron caer en sus bolsas de dormir a la intemperie. Algunos hicieron sus propios refugios, entre los cuales sobresalió la mansión James y el iglú de Tom.



Durmiendo en carpa

Durmiendo a la intemperie

La mansión de James

¡Esta fue sin duda, una noche memorable!


Diario de la Expedición IATE2009
Por Jennifer Trujillo Obando

martes, 4 de mayo de 2010

Día 8 – 23 de Noviembre: El Hombre propone, la Antártida dispone.

En la Antártida puedes hacer planes y tratar de anticipar una posible contigencia. Entonces, solo tienes que esperar unas pocas horas para ver cuán rápido tus estratégias hechas cuidadosamente se desbaratan por completo.


Esta mañana, nos despertamos temprano y descubrimos que una angosta sección del Canal LeMaire estaba bloqueado por tempanos y grandes placas de hielo. Un escenario sobrecogedor y de varios cientos de yardas de largo.

Otro barco expedicionario, el Fram (nombrado por el famoso barco de Roald Amundsen) fue divisado delante de nosotros en el borde de la enorme placa de hielo, anclado mientras su capitán medía cuidadosamente sus opciones para abrirse camino.


Atravezando el Canal LeMaire

Todo el equipo atento al avance del barco y la pericia del capitan para conducirnos rompiendo a través de la enorme placa de hielo.

En nuestro barco, el Capitán Kenth Grankvist decidió hacer su camino cuidadosamente a través del hielo por el lado derecho del canal, mientras en la distancia, el Fram intentaba hacer lo mismo por el lado izquierdo. Las inclinaciones casi verticales de las montañas, surgian imponentes a ambos lados del canal y era imposible no recordar al Kapitan Klevnikov quien pasó 10 días atrapado en el hielo antes de poder escapar. Estos pensamientos, hacian eco en la mente de todos los expedicionarios, mientras avanzabamos muy lentamente, y más aún al ver cómo el camino que se iba abriendo a nuestro paso volvía a cerrase y congelarse inmediatamente detrás de nosotros. Finalmente, estabamos en aguas abiertas y desde la proa de nuestro barco, Robert Swan nos lideró en un entusiasta “que viva!” para nuestro ábil Capitán.


Siguiendo de cerca el avance del barco

Una vez ya libres del hielo, continuamos nuestro paso cerca de la Isla Booth, donde Jean-Baptist Charcot, un explorador antártico francés, se quedó en una bahía sin hielo durante su expedición entre 1908 y 1910. Aquí, nuestros guías kiwie, Dave y Joe, nos instruyeron en el fino arte de la construcción de refugios de nieve.



Construyendo iglús!

Tú puedes hablar acerca de trabajo en equipo, o leer libros sobre la teoría del liderazgo, etc. Pero si quieres ver un verdadero equipo trabajando junto, debes ver gente de 14 naciones diferentes, varios de los cuales no habian visto nieve antes, aprendiendo a trabajar unidos en medio de la Antártida y construyendo un refugio capaz del protegerlos de la furia de una tormenta polar.

El trabajo en equipo toma un sentido totalmente diferente cuando sabes que hay una tormenta con vientos de 35 nudos aproximandose. Cortando nieve en bloques con serruchos para nieve, y usando las palas con mucho entusiamo, nuestros pequeños equipos lograron construir rápidamente refugios respetables en el que cualquier digno habitante de la Antártida podría sentirse como en casa. Incluso tuvimos una competencia de “El mejor refugio” con Robert, Jumper, Peter y Lauren como jurados, quienes consideraron cuidadosamente, e incluso enfrentaron graciosos chantages como té caliente (sin efecto alguno en el resultado final), antes de decidir que el refugio construido por el equipo de Tarja era el que mejor combinaba practicidad y estilo.



El iglú de las chicas!

El iglú de los chicos!

El hogar de los expedicionarios!

Después, de vuelta a bordo, nos preparamos para pasar la noche acampando en la Isla Hovgaard. Mientras Dave y Rob nos explicaban cómo montar nuestras carpas y mantenernos calientes en nuestras bolsas de dormir esa noche, también pudimos darnos cuenta de cuantos miembros del equipo no habián visto nieve antes, además de cuántos jamás habían acampado a la interperie.


Rob instruyendonos en cómo acampar en la Antártida

Tener tu primera noche de campamento en una isla de la Antártida azotada por el viento, ciertamente requiere corage, o de definitivamente temeridad. Pero con los arreglos adecuados y trabajo en equipo, estaremos bien. Aunque, sin embargo, existe aquella regla sobre hacer planes en la Antártida...



Montando el campamento

Traducido del Diario de la Expedición.
Adaptado del escrito por John Luck 65°S, 64°W

sábado, 13 de marzo de 2010

Día 7 – 22 de Noviembre: Trabajando en Equipo

El quinto día al bordo del Clipper nos trae una ráfaga de actividades. Nos organizamos en equipos de acuerdo a nuestro perfíl profesional y se nos pide afrontar la razón por la cual estamos aquí: el Medio Ambiente, la Antártida y el Tratado.

Dentro de los equipos, compuestos por líderes empresariales, profesores y jóvenes de todo el mundo, todos compartimos una sensación de esperanza y responsabilidad a pesar de estar enfrentando lo que parece una tarea inútil. Incluso a la luz de la magnitud de nuestro objetivo -que es llevar el mensaje a nuestros países y nuestros gobiernos y asegurarnos de que el Tratado de la Antártida prevalecerá sin modificaciones ni enmiendas cuando llegue el momento de su revisión en el año 2041- el ver claramente cómo nuestros saberes y habilidades se combinan para generar soluciones, es una visión que nos reafirma lo que somos capaces de lograr, incluso a aquellos que aún están en duda.



Después de una comida repleta de calorías, estamos listos para saltar a los zodiacs y llegar a tierra a Puerto Mikkelson, un lugar donde había una enorme manada de pigüinos gentoo y desde allí ubicamos nuestro ingenioso enlace de comunicación satelital alimentado por paneles solares. Al llegar, vemos la primera construcción humana desde que partimos de Ushuaia. Es una visión ruidosa, un dilapidado refugio argentino que nos recuerda duramente que no somos ni los primeros ni los últimos en estar aquí dejando la hauella de nuestro paso y nos hace pensar en el tiempo se mantendrán en pie estos restos de un refugio, mientras se descomponen a un ritmo 300 veces menor que en climas más cálidos. Algo que tarde un año de degradarse en Inglaterra, por ejemplo, tarda 3 décadas en descomponerse en la Antártica.



Por otro lado, el día mejora mientras pasábamos a toda velocidad entre icebergs y pequeños pedazos de hielo, con la impresión de estar en una inmenso plato de cereales!


En este recorrido náutico a través de Cierva Cove (Ensenada Cierva), obtuvimos unas tomas grandiosas de cumbres imponentes con glaciares tan altos como para hacer parecer pequeña cualquier edificación. Y de vez en cuando nos deteníamos para ver el momento justo en el que un iceberg rotaba por sí solo cuando su centro de gravedad cambiaba de posición a causa del derretimiento. Tanto el sonido como la imagen eran impresionantes!

Durante esta excursión de la tarde, vi unos de los sucesos más impactantes de mi vida: el desprendimiento de un iceberg de un tamaño ENORME justo enfrente de nosotros!

Primero el extraño crack que parecía venir de ninguna parte (a causa de la acústica en tan abierto espacio) y luego el terror de ver el desprendimiento teniendo lugar tan cerca de una de las lanchas en la que viajan algunos de nuestros compañeros. La impresión es indescriptible: mientras el enorme pedazo se únde y desaparece en el mar, los restos de hielo desprendidos que caen, y al igual que el bloque, no se escuchan nada y no se ve el chapoteo. Luego, lentamente se empiezan a ver olas que viene de abajo y avanzan sobre toda la extensión del agua y de pronto el iceberg reaparece como impulsado desde el fondo y una ola grande inicia su recorrido agitando todo lo que está en la superficie del agua, es decir pequeños icebergs, pedazos de hielo y nuestras balsas neumática. Una imagen realmente impactante!


Nadando a -1°C


El día termina de una forma muy alegre y fría, cuando tomamos el famoso y muy esperado ‘polar plunge’ o la zambullida polar :) Y de esto no escribo nada, porque como dice el dicho: una imagen vale más que mil palabras.


Sacado del Diario de la Expedición. Adaptado del artículo escrito por Tom Cole.

‘Clipper Adventurer’64S 62W

lunes, 8 de marzo de 2010

Día 6 – 21 de Noviembre: Primeros pasos sobre el territorio antártico

Que momento tan emocionante!
Este es un día monumental para los miembros de la expedición.

Icebergs en todo lado!
Después de pasar más de 50 horas a bordo escuchando charlas y combatiendo el mareo, todos los miembros de la expedición estamos ansiosos de por fin ver la Antártida por lo que es conocida: icebergs y pingüinos!
From Jenn de Expedición a la Antártica 2009

Es temprano en la mañana, cuando la llamada de nuestro Oficial de Seguridad Adrian ‘Jumper’ Cross nos anuncia que Robert nos espera en la cubierta superior del barco para una reunión informativa de preparación. Arriba, la naturaleza nos deleita con una hermosa vista icebergs tabulares que nos dan una prueba de lo que nos espera más adelante. Robert nos invita a reflexion sobre estos icebergs que son un desolador recordatorio de porqué estamos aquí: para ser testigos de los efectos del cambio climático. Y así, permanecemos cautivados por la belleza del paisaje, mientras nuestro capitán nos conduce a través de los restos de hielo del glaciar Larsen B que colapsó en el año 2002.

From Jenn de Expedición a la Antártica 2009

Deslizandonos sobre el hielo!
Después del desayuno, llega el momento más esperado por todos. Los expedicionarios dejamos la seguridad transitoria del barco para abordarnos a los zodiacs o balsas inflables que nos conducen a nuestro primer punto de aterrizaje en la Antártida: Brown Bluff.
Fue una sensación espectacular al ver tantos, tantos pingüinos, gaviotas y focas, viviendo felizmente en su ambiente natural. Tuvimos una escalada fantástica glaciar arriba y una deslizada aún más divertida de vuelta abajo. Fue un grandioso primer día en el continente.
From Jenn de Expedición a la Antártica 2009

From Jenn de Expedición a la Antártica 2009

From Jenn de Expedición a la Antártica 2009
Pingüinos!!!
Después de la visita a una foca dormilona en la costa, muy custodiada por los expedicionarios que querían lograr alguna toma y fotografías con tan aclamada celebridad, todos los miembros nos enfocamos en la manada de pingüinos. Fue formidable poder ver pequeños pingüinos gentoo jugar, pelear, deslizarse y nadar en su propia casa. Ellos no estuvieron para nada asustados de los humanos, y aunque no les agradaba tener a nadie persiguiéndolos para tocarlos o lograr una foto, incluso si uno se queda sentado tranquilo por un rato, es seguro que ellos vendrán a curiosear en nuestro traje o pasar caminando muy, muy cerca. Según nos explicaba Laurie, para ellos (los pingüinos) el peligro está en el agua donde son asechados por sus depredadores número uno: las focas. Pero en tierra los pingüinos no sienten peligro y las focas sobre tierra son tan, pero tan lentas y los pingüinos tan increíblemente ágiles, que incluso los pingüinos caminan tranquilamente cerca de las focas y ellas ni hacen el intento de atraparlos. Si han visto Happy Feet, entonces tienen una idea bastante clara de cómo funciona la cosa!
From Jenn de Expedición a la Antártica 2009
From Jenn de Expedición a la Antártica 2009
Así que tuvimos el chance de espiar algunos huevos de pingüinos que eran empollados bajo las cálidas barrigas de sus padres.

El llamado de las Orcas
Otro momento especial del día fue la llamada de avistamiento de ballenas asesinas a la hora del almuerzo. Es muy raro ver estas ballenas y nosotros fuimos muy afortunados por tener esta oportunidad, aunque desde bastante lejos. Por supuesto, el almuerzo quedo totalmente interrumpido cuando todo el equipo giro sus cabezas para ver estas hermosas criaturas.

Dinámicas de grupo, Liderazgo en el fin del mundo y la magia de los pingüinos
De una ocupada mañana en el exterior, pasamos a una intensa y muy enfocada tarde dentro del barco. Primero, la división de los expedicionarios en equipos para reuniones y discusiones de grupo en diversos temas: desde discusiones sobre países en desarrollo y su rol en el cambio climático global hasta cómo comunicar el mensaje de nuestra expedición. Luego, Robert continuó contándonos sobre su ejemplar experiencia de liderazgo durante sus expediciones, lo que alimentó aun más la inspiración sostenible de los líderes del mañana.
Para rematar un día lleno de experiencias del tipo “primera vez en mi vida”, el líder de la expedición Laurie Dexter nos entretuvo y nos educó en los diferentes tipos de pingüinos que habitan la Antártida y un poco sobre su modo de vida en el continente. Esta fue una maravillosa manera de cerrar el día.

From Jenn de Expedición a la Antártica 2009
Esperando por lo que acontecerá mañana, desde 63 S 59 W, Arvind Ganti.
Adaptado del diario de la expedición, escrito por Arvind Ganti.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Día 5 – 20 de Noviembre: Tierra a la vista!


El Paso Drake o Pasaje de Drake es una bestia. Atravesarlo es como una prueba física y mental, similar a lo que un astronauta debe sentir yendo al espacio exterior. Diferente, claro, pero similar en el sentido de que estás viajando hacia donde pocos han ido antes y llevas tu mente y tu cuerpo a través de un muy difícil camino para poder llegar allí. Ahora vamos bastante delante de la Convergencia Antártica y el poder del océano aquí, es indescriptible. Es feroz y cautivante y hermoso y aterrador, todo al mismo tiempo.



Los estabilizadores de este pequeño barco (pequeño si se compara con la inmensidad del mar), el Clipper Adventurer , han ayudado a todos a mantener el equilibrio a bordo. Varios hemos sufrido a causa del mareo, pero nuestro ánimo se mantiene arriba. El recorrido ha sido lento debió a las condiciones climáticas, así que parece que habrá un cambio en los planes y nuestra primera parada no será en la E-Base en la estación Bellingshaus en King George Island, como se había planeado, sino que seguiremos al sur y visitaremos la E-Base cuando estemos de vuelta. Esta es la definición de “modo de expedición” y significa que el cronograma estará siempre a merced de que el tiempo lo permita, y si no, entonces a improvisar. Nuestra tripulación ha mantenido comunicación por radio con otro crucero ruso que encontramos en nuestro camino en el Mar Weddell, que estuvo atrapado por un tiempo y ahora ha quedado libre de las capas de hielo. Nuestro capitán intercambió información con ellos que nos aconsejaron cual podría ser el mejor camino a seguir en nuestro rumbo más hacia el sur, para evitar encontrarnos con placas de hielo flotantes remanentes.


El día de hoy lo pasamos escuchando algunas lecturas interesantes. Primero, Robert nos habló sobre su experiencia viviendo en la E-Base por tres semanas única y totalmente de energía renovable, esto fue en el año 2008. Luego, nuestro camarógrafo y productor oficial, Kyle O’Donoghue, nos deleitó con un video que nos narró de la determinación y el trabajo en equipo necesarios para llevar a cabo tal experiencia. También nuestro querido Laurie Dexter, líder de expedición del barco, nos ilustró sobre la historia de la expediciones conducidas hacia el descubrimiento de la Antártida y muchos detalles curiosos que hicieron de su presentación una muy entretenida reseña histórica que mantuvo conectados a las convalecientes victimas del mareo. Por último, el muy querido y prestigioso Peter Clarkson (SCAR) nos habló sobre la existencia y el objetivo del Tratado Antártico: nos explicó que el tratado fue creado para asegurar que la Antártica es un territorio dedicado a la paz y la ciencia. También, vimos algunas medidas de seguridad requeridas para el tan esperado momento de aterrizar y los nuevos requerimientos de bio-seguridad establecidos por la IAATO (de sus siglas en inglés para Asociación Internacional de los Operadores de Viajes a la Antártica) y cómo descontaminar nuestro traje y equipo para no llevar especies no nativas al continente, como pequeñas semillas y mugrecitas que se alojan en los dobladillos y bolsillos.


Sin embargo, el momento más especial del día vino durante la cena, aun a plena luz del sol, cuando nuestro barco divisó el primer iceberg y poco después, el capitán nos anuncia que hay ballenas orcas nadando no muy lejos de nuestro paso mientras divisamos tierra por primera vez después de zarpar en la Patagonia. Ahora pasamos entre las islas King George y Nelson. Con un poco de suerte, estaremos en aguas más tranquilas cuando caiga la noche. La verdad sea dicha, es que después de dos noches de estar rodando de un lado a otro estamos felices de haber salido del Pasaje de Drake, al menos por más de una semana, hasta que estemos de nuevo de vuelta.

Adaptado del diario de Lauren Wylie,
Nov 20, 2009. M/V Clipper Adventurer
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