En esta experiencia, hemos llegado a un punto en el que hacen falta palabras para describir la belleza, las emociones y la inspiración que sentimos. La Antártida se ha convertido en algo especial para cada uno de nosotros de diferente manera, pero colectivamente compartimos la creencia de que este es un lugar espectacular más alla de cualquier descripción convencional. Sería como una musa para un poeta.
Hoy, al llegar a Bahía Paraíso, nos fue revelada la mágia de la Antártida. Con el nombre adecuado, esta bahía bajo protección ha sido descrita como el lugar más hermoso en el mundo y aunque ciertamente fue impresionante esta mañana cuando despertamos aún abordo del barco, era difícil ver su profundidad y grandeza a través de la gruesa capa de nubes blancas y nieve. Entonces, nos preparamos para aterrizar en la estación Almirante Brown (nombrada por el heroe argentino), con la intensión de tener algo de tiempo y espacio para la reflexión individual. Después de unos 15 minutos luego de nuestro aterrizaje, la Bahía Paraíso se transformó ante nuestros ojos cuando el sol partió la gruesa cubierta de nubes para revelar la bahía que reflejaba la majestuosidad de las montañas y su quietud. La temperatura subió dramáticamente y cambiamos de goggles a lentes de sol para divisar la escena hermosa, cálida y encantadora. De pronto, momentos después, una porción del glaciar al otro lado del mar se desprendió a plena vista, mientras subíamos la montaña sobre la estación. Eso fue como si la Bahía Paraíso hubiese despertardo y decidido darnos la bienvenida a sus orillas, a su manera. Así pues, apreciando el especial regalo de parte de la bahía, nos tomamos algun tiempo por nuestra cuenta para captar la mañana.
Después del almuerzo, tuvimos un visita opcional –con escalad incluida- a Puerto Orne y los que fuimos nos las arreglamos con una subida muy empinada hasta el pico de una montaña que albergaba una colonia de pinguinos barbijo (chinstrap penguin). Cruzamos la cresta de la montaña hasta el otro lado dónde la caída silenciosa de la nieve era facinante.
A nuestro retorno al barco, nos reunimos para la tercera parte del Leadership on the Edge con Robert. También, escuchamos a otros miembros de la expedición hablando sobre diferentes temas. Steven Blumenfeld habló de cómo el Tratádo Antártico, creado hace 50 años, puede servir como un modelo actual de políticas en cambio climático. Luego, Ken Townsel nos dirigió un conmoverdor discurso sobre valorar cada momento de nuestra expedición. Después de la cena, Laurie, Emily y Peter nos compartieron memorias divertidas y llenas de aventura de sus experiencias en la Antártida todos estos años.
Mañana es el Día de Acción de Gracias, una fecha importante para los estadounidenses. El cocinero estará preparando un banquete especial y todos a bordo aprovecharon para enviar saludos a casa.
Tomado del Diario de la Expedición.
Por Lauren Wylie
Antarctica 64.52 S 62.52 W