sábado, 13 de marzo de 2010

Día 7 – 22 de Noviembre: Trabajando en Equipo

El quinto día al bordo del Clipper nos trae una ráfaga de actividades. Nos organizamos en equipos de acuerdo a nuestro perfíl profesional y se nos pide afrontar la razón por la cual estamos aquí: el Medio Ambiente, la Antártida y el Tratado.

Dentro de los equipos, compuestos por líderes empresariales, profesores y jóvenes de todo el mundo, todos compartimos una sensación de esperanza y responsabilidad a pesar de estar enfrentando lo que parece una tarea inútil. Incluso a la luz de la magnitud de nuestro objetivo -que es llevar el mensaje a nuestros países y nuestros gobiernos y asegurarnos de que el Tratado de la Antártida prevalecerá sin modificaciones ni enmiendas cuando llegue el momento de su revisión en el año 2041- el ver claramente cómo nuestros saberes y habilidades se combinan para generar soluciones, es una visión que nos reafirma lo que somos capaces de lograr, incluso a aquellos que aún están en duda.



Después de una comida repleta de calorías, estamos listos para saltar a los zodiacs y llegar a tierra a Puerto Mikkelson, un lugar donde había una enorme manada de pigüinos gentoo y desde allí ubicamos nuestro ingenioso enlace de comunicación satelital alimentado por paneles solares. Al llegar, vemos la primera construcción humana desde que partimos de Ushuaia. Es una visión ruidosa, un dilapidado refugio argentino que nos recuerda duramente que no somos ni los primeros ni los últimos en estar aquí dejando la hauella de nuestro paso y nos hace pensar en el tiempo se mantendrán en pie estos restos de un refugio, mientras se descomponen a un ritmo 300 veces menor que en climas más cálidos. Algo que tarde un año de degradarse en Inglaterra, por ejemplo, tarda 3 décadas en descomponerse en la Antártica.



Por otro lado, el día mejora mientras pasábamos a toda velocidad entre icebergs y pequeños pedazos de hielo, con la impresión de estar en una inmenso plato de cereales!


En este recorrido náutico a través de Cierva Cove (Ensenada Cierva), obtuvimos unas tomas grandiosas de cumbres imponentes con glaciares tan altos como para hacer parecer pequeña cualquier edificación. Y de vez en cuando nos deteníamos para ver el momento justo en el que un iceberg rotaba por sí solo cuando su centro de gravedad cambiaba de posición a causa del derretimiento. Tanto el sonido como la imagen eran impresionantes!

Durante esta excursión de la tarde, vi unos de los sucesos más impactantes de mi vida: el desprendimiento de un iceberg de un tamaño ENORME justo enfrente de nosotros!

Primero el extraño crack que parecía venir de ninguna parte (a causa de la acústica en tan abierto espacio) y luego el terror de ver el desprendimiento teniendo lugar tan cerca de una de las lanchas en la que viajan algunos de nuestros compañeros. La impresión es indescriptible: mientras el enorme pedazo se únde y desaparece en el mar, los restos de hielo desprendidos que caen, y al igual que el bloque, no se escuchan nada y no se ve el chapoteo. Luego, lentamente se empiezan a ver olas que viene de abajo y avanzan sobre toda la extensión del agua y de pronto el iceberg reaparece como impulsado desde el fondo y una ola grande inicia su recorrido agitando todo lo que está en la superficie del agua, es decir pequeños icebergs, pedazos de hielo y nuestras balsas neumática. Una imagen realmente impactante!


Nadando a -1°C


El día termina de una forma muy alegre y fría, cuando tomamos el famoso y muy esperado ‘polar plunge’ o la zambullida polar :) Y de esto no escribo nada, porque como dice el dicho: una imagen vale más que mil palabras.


Sacado del Diario de la Expedición. Adaptado del artículo escrito por Tom Cole.

‘Clipper Adventurer’64S 62W

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